En publicaciones anteriores, hemos hablado sobre varias de las bondades de las ecoaldeas. Por todas sus características son, sin duda, lugares para la auténtica realización de la paz. Así, l@s que compartimos juventud de espíritu y trabajamos día a día por elevar y despertar nuestra dormida consciencia, seguramente tenemos en común el sueño de hacer realidad esa utopía moderna llamada ecoaldea
Si aun no nos hemos aventurado en ese viaje es porque nos falta el tiquete. En otras palabras más practicas, porque nos falta la tierra, pero si la tuviéramos, como much@s pensamos, ya estaríamos preparados para hacer realidad la fantasía. Aquí es donde muchos aterrizamos y nos damos cuenta de que no es tan sencillo, tanto, que el disponer de un espacio, de un campo llano, cosa que creíamos la más difícil, se convierte en la más sencilla.
Lo anterior porque donde descansa el verdadero reto de las ecoaldeas, más que en la parte ecológica, permacultural o económica, es en la construcción de comunidad. Así que si bien, sacamos nuestro cuerpo de la guerra externa que el medio nos ofrece en su campo natural, la ciudad, lo cierto es que nuestros espíritus conservan en su interior su belicosidad, que es finalmente la causante de la guerra que destruye las comunidades y a la que le son indiferentes los escenarios donde se encuentre.
Este es el campo al que tenemos que prestarle atención para que la fantasía sea posible. Esa hectárea de nuestro interior que tenemos colonizada por el ego, la vanidad y la lujuria, es la hectárea que debemos recuperar y empezar a cultivar. Ese es el campo verdaderamente difícil de conseguir, el campo llano pero de tu espíritu.
En Om Eco Yoga Park somos conscientes de ello y por eso te tenemos las mejores condiciones para que tanto exterior como interiormente puedas recuperar el equilibrio perdido y ponerte en armonía contigo mis@ y con el universo. ¡Ven y conócenos, te esperamos!
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